El buen funcionamiento de tu flota de camiones es fundamental para alcanzar los objetivos de tu empresa. Por esto es importante revisar periódicamente cada una de sus partes y sistemas.
La revisión periódica de los distintos componentes de tu camión es esencial para garantizar su seguridad, eficiencia y durabilidad en carretera. La frecuencia de revisión varía según las recomendaciones del fabricante, las condiciones de operación, y la intensidad del uso del vehículo. Sin embargo, se puede calcular un esquema general para realizar el mantenimiento asegurando así un óptimo funcionamiento.
Revisar diariamente o antes de cada viaje
Fluidos: Revisa el nivel de tu lubricante Mobil Delvac™, líquido de frenos, refrigerante, líquido de dirección y limpiaparabrisas.
Frenos: Realiza una inspección visual de los frenos, verifica su respuesta. Alerta si escuchas ruidos extraños.
Llantas: Verifica la presión, el estado de la banda de rodadura y la ausencia de daños visibles.
Iluminación: Comprueba el correcto funcionamiento de faros principales, intermitentes, luces de freno y de emergencia.
Espejos y Parabrisas: Asegúrate que no haya daños en los espejos y que el parabrisas esté limpio y sin grietas.
Seguridad: Verifica que los cinturones funcionen correctamente. Revisa que el extintor y demás equipos de seguridad estén en su lugar y sean operativos.
Revisar semanalmente
Batería: Comprueba los niveles de electrolito. Asegúrate que los terminales estén limpios y bien conectados.
Suspensión: Inspecciona los amortiguadores, resortes y otras partes de la suspensión en busca de desgaste o daños.
Sistema de Escape: Verifica que no haya fugas o daños en el sistema de escape. Atento a cualquier ruido extraño.
Dirección: Inspecciona que no exista desgaste en las rótulas y demás componentes.
Revisar mensualmente o cada 5 mil a 10 mil km
Cambio de aceite y filtros: Revisa el estado del lubricante Mobil Delvac™ y cambialo si es necesario, junto con los filtros de aceite, aire y combustible.
Sistema de frenos: Inspecciona los discos, tambores, pastillas, zapatas y revisa el sistema de freno de aire o hidráulico.
Sistema de enfriamiento: Asegúrate del correcto funcionamiento del radiador, mangueras, abrazaderas y ventilador.
Chasis: Lubrica las articulaciones del chasis, sobre todo en puntos de alto desgaste como juntas universales y rodamientos.
Correas y mangueras: Revisa el desgaste, grietas o tensiones inadecuadas en las correas de transmisión y mangueras de fluidos.
Revisar trimestralmente o cada 20 mil a 30 mil km
Alineación y Balanceo de ruedas: Realiza la alineación y balanceo de tus ruedas para así evitar el desgaste irregular de los neumáticos.
Sistema de transmisión: Verifica el nivel y estado del aceite de la transmisión. Inspecciona que no existan señales de desgaste en los componentes del embrague.
Frenos: Evalúa de manera profunda el estado de los frenos de servicio, de estacionamiento y del sistema ABS.
Ejes y diferenciales: Revisa los ejes, cojinetes y diferenciales en busca de fugas o daños.
Revisar semestralmente o cada 50 mil a 60 mil km
Sistema de inyección de combustible: Limpia los inyectores y verifica la presión de la bomba de combustible.
Aire acondicionado y calefacción: Revisa el nivel de refrigerante, filtros de aire y el estado general del sistema.
Chasis y carrocería: Inspecciona el chasis y la carrocería en busca de corrosión o daños estructurales.
Revisar anual o cada 100 mil km
Motor: Realiza una evaluación exhaustiva de este, incluyendo pruebas de compresión y revisión del sistema de admisión y escape.
Emisiones: Asegúrate de que el sistema de control de emisiones esté funcionando correctamente para cumplir con las normativas vigentes.
Sistema eléctrico: Verifica el estado de los cables, conexiones y componentes eléctricos.